sábado, 17 de marzo de 2012

AMAR Y QUERER A LOS HIJOS

Amar y querer no es lo mismo

Podría pensarse que cuando hablamos de amar o de querer estamos hablando de lo mismo.
Pero no sólo es distinto, sino que puede ser todo lo contrario.
Cuando amamos aceptamos a los seres queridos como son y vemos ante todo sus cualidades, animándolos a ser lo mejor que puedan ser.
Cuando los queremos nos centramos es en sus defectos y exigimos que los cambien para que sean lo que soñamos.
Cuando amamos somos generosos con los seres queridos, damos con gusto y sin llevar cuentas ni esperar nada a cambio.
Cuando los queremos damos sólo lo que nos conviene, o reclamamos retribuciones por lo que les hemos dado.
Cuando amamos disfrutamos con los triunfos de los seres queridos, pero estamos a su lado para apoyarlos cuando fallan.
Cuando los queremos asumimos sus éxitos y fracasos como propios, vanagloriándonos de los unos y rechazándolos por los otros.
Cuando amamos procuramos liberar a los seres queridos, promoviendo su autonomía y sus atributos para que puedan ser los protagonistas de su vida.
Cuando los queremos procuramos controlarlos y resolverles la vida para mantenerlos dependientes.
Cuando amamos cuidamos a nuestros seres queridos como si fueran un tesoro, y los tratamos siempre con respeto y consideración.
Cuando los queremos no tenemos reparo en ofenderlos o humillarlos en aras de corregirlos.
Cuando amamos creemos que nuestros seres queridos son lo máximo.
Cuando los queremos vivimos comparándolos y presionándolos para que sean mejores que los demás.
¿Será que amamos o que queremos a nuestros hijos?
Por Angela Marulanda, Autora y Educadora Familiar

No hay comentarios:

Publicar un comentario