lunes, 10 de junio de 2013

CUENTOS



La muñeca rota
Sentada tantos años
en una esquina
una vieja muñeca
siempre me mira.
Tenía la muñeca
cara de luna
y los ojitos verdes
verde aceituna.
Sus manos de porcelana
en el vestido se posan,
en su pelo ondulado
revolotean las mariposas.
Tenía la muñeca
los brazos rotos
la mirada ingenua
y los zapatos rojos.
La cogí entre mis dedos
con mucho cariño
arreglé sus bracitos
como cuando era un niño.
La muñeca ya sonríe,
ya no volverá a la esquina,
se queda junto a mi cama
para ver pasar mi vida.
  © Marisa Moreno, Spain

MALUCHA ESTA MI MUÑECA

Malucha está mi muñeca;
anteayer se resfrió
porque, jugando, sudó
y después bebió agua fresca.
Toda la noche delira;
se le ha subido el color
y se queja del dolor
que siente cuando respira.
Mi hermana María Luisa
de doctora se ha vestido
y a visitarla ha venido
corriendo, a toda prisa.
Después de larga visita
y de auscultarle la espalda
ha exclamado «¡Dios me valga,
mala está la muñequita!»
La pequeña estaba inquieta
llorando, llora que llora,
y al terminar, la doctora
me ha dejado esta receta:
«Cada hora, seis bombones;
para beber, naranjada;
al mediodía, turrones
y mañana está curada».
Mi muñeca ya está buena,
pero empiezo a sospechar
que con tales medicinas
pronto volverá a enfermar.


La tos de mi muñeca
Como mi linda muñeca
tiene un poquito de tos
yo que enseguida me aflijo
hice llamar al doctor

Serio y callado a la enferma
largo tiempo examinó
ya poniéndole el termómetro
ya mirando su reloj

La muñeca estaba pálida
yo temblaba de emoción
y al fin el médico dijo
bajando mucho la voz

Esta tos sólo se cura
con un caramelo o dos.

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